En la edición pasada de nuestro blog, hablamos del Síndrome de Burnout, vimos como este problema va en incremento y cómo este desgaste puede tener impacto a nivel emocional, físico y mental, siendo una forma inadecuada de afrontar el estrés crónico, cuyos rasgos principales son el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución del desempeño personal.
Por lo que en esta entrega te presentamos 4 medidas que podemos tomar de forma individual para prevenir y reducir los riesgos que implican se afecte nuestra calidad de vida.
La meditación es una práctica que tiene como objetivo vivir el aquí y ahora; se realiza a través de una técnica como la atención plena o focalizando un objeto, sonido, sensación, pensamiento; logrando así un estado emocional y mental apacible.
La actividad física brinda muchísimos beneficios, no solo a nivel físico, también permite liberar la tensión y estrés. Si regularmente no haces ejercicio, puedes iniciar con caminatas al aire libre de 20 minutos, verás que en poco tiempo podrás aumentar la intensidad; otra opción de actividad física es realizar alguna actividad de movimiento que te guste, por ejemplo, practicar futbol, bailar, patinar, etc.
La creación de hábitos saludables es sumamente importante, pues es a partir de estos que podemos ayudar a nuestro organismo a lograr un bienestar. Hábitos como programar 1 sola alarma y despertarse en cuanto esta suene y no postergarla, hacer 5 comidas al día (con alimentos saludables) o incluso hacer la cama, nos ayuda a mejorar nuestra productividad al día.
Hay cosas que inevitablemente tenemos que hacer, pues es necesario entender que nuestras responsabilidades conllevan cierta prioridad y por ende, se tienen que llevar a cabo; sin embargo, es importante que seamos capaces de enlistar las actividades que tenemos que